martes, 30 de abril de 2013

La fiaba

CUENTOS DE HADAS


“Más allá del esparcimiento, de la curiosidad, de todas las emociones que brindan los relatos, los cuentos y las leyendas, más allá de la necesidad de distraerse, de olvidar, de procurar sensaciones agradables o aterradoras, la finalidad real del cuento maravilloso es la exploración más total de la realidad universal.”
                                                                                                                                                              Todorov.


El cuento de hadas tiene raíces antiguas, incluso superando a la recopilación de cuentos mágicos Las mil y una noches (compilada hacia 1500 d. C.); los antecedentes más antiguos de los cuentos de hadas aparecieron en el antiguo Egipto, hace unos 1400 años antes de Cristo.

Los cuentos de hadas son una subclase del cuento folklórico. Inicialmente se transmitió de manera oral, hasta que diversos recopiladores los pusieron en forma escrita.

Los cuentos de hadas nunca tuvieron una forma fija, e independientemente de la influencia literaria, los contadores constantemente los alteraban para sus propios propósitos.

La característica particular de los cuentos de hadas no es tanto que traten de hadas. En la mayoría de ellos no aparecen las hadas, pero las aventuras que narran tienen que ver tanto con el mundo natural como con el sobrenatural, como lo demuestran sus personajes arquetípicos: princesas, hijos jóvenes y príncipes valientes, ogros, gigantes, dragones, troles, madrastras malvadas y héroes falsos, hadas madrinas y otros ayudantes mágicos, a menudo caballos, lobos o aves parlantes y montañas de vidrio entre otros.

Algunos etnógrafos compilaron cuentos de hadas en todo el mundo, encontrando cuentos parecidos en África, América y Australia.

Por ejemplo, Vladimir Propp, un formalista ruso, se dedicó a investigar las coincidencias de los cuentos a través de una morfología del cuento de hadas. En su «Morfología del cuento» (1928), Propp, fundamenta el análisis histórico de los cuentos relacionando materiales etnológicos de África, América, del mundo clásico europeo, del Antiguo Oriente y de la cuentística popular rusa, y llega a la conclusión de que los cuentos son reflejo, históricamente localizable, de concepciones místicas anteriores.

En su investigación, formula 31 funciones que equivalen a una relación sistematizada de las acciones que podemos encontrar en las narraciones de transmisión oral, tanto las que derivan de una tradición popular, como las que vienen de una tradición culta.

Propp extrae de sus estudios tres principios básicos:
1.    Los elementos constantes y estables del cuento, son las funciones de los personajes, con independencia de quien las ejecute o de su forma de ejecución.
2.    El número de funciones (o acciones) que se suceden en el cuento, es limitado.
3.    La sucesión de funciones es siempre idéntica.

Las 31 funciones se pueden agrupar dentro del esquema básico de la estructura narrativa:
1.    Planteamiento (I-VI)
2.    Nudo y desarrollo (VIII-XVIII)
3.    Desenlace (XIX-XXXI)

Estas son las 31 funciones de Propp:
I. Alejamiento: uno de los miembros de la familia se aleja de la casa.
II. Prohibición: sobre el protagonista recae una prohibición.
III. Transgresión: se transgrede la prohibición.
IV. Interrogatorio: el agresor intenta obtener noticias.
V. Información: el agresor recibe información sobre la víctima.
VI. Engaño: el agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes.
VII. Complicidad: la víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo, a su pesar.
VIII. Fechoría: el agresor daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios.
VIII. La Carencia: algo le falta a uno de los miembros de la familia uno de los miembros de la familia tiene ganas de poseer algo.
IX. Mediación, momento de transición: se divulga la noticia de la fechoría o de la carencia, se dirigen al héroe con una pregunta o una orden, se le llama o se le hace partir.
X. Principio de la acción contraria: el héroe-buscador acepta o decide actuar.
XI. Partida: el héroe se va de su casa.
XII. Primera función del donante: el héroe sufre una prueba, un cuestionario, un ataque, etc., que le preparan para la recepción de un objeto o de un auxiliar mágico.
XIII. Reacción del héroe: el héroe reacciona ante las acciones del futuro donante.
XIV. Recepción del objeto mágico: el objeto mágico pasa a disposición del héroe.
XV. Desplazamiento: el héroe es transportado, conducido o llevado cerca del lugar donde se halla el objeto de su búsqueda.
XVI. Combate: el héroe y su agresor se enfrentan en un combate.
XVII. Marca: el héroe recibe una marca.
XVIII. Victoria: el agresor es vencido.
XIX. Reparación: la fechoría inicial es reparada o la carencia colmada.
XX. La vuelta: el héroe regresa.
XXI. Persecución: el héroe es perseguido.
XXII. Socorro: el héroe es auxiliado.
XXIII. Llegada de incógnito: el héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca.
XXIV. Pretensiones engañosas: un falso héroe reivindica, para sí, pretensiones engañosas.
XXV. Tarea difícil: se propone al héroe una tarea difícil.
XXVI. Tarea cumplida: la tarea es realizada.
XXVII. Reconocimiento: el héroe es reconocido.
XXVIII. Descubrimiento: el falso héroe o el agresor, el malvado, queda desenmascarado.
XXIX. Transfiguración: el héroe recibe una nueva apariencia.
XXX. Castigo: el falso héroe o el agresor es castigado.
XXXI. Matrimonio: el héroe se casa y asciende al trono.

Posteriormente, estudió los personajes, ya que las funciones se sustentan por unos ejes (actantes) que realizan estas funciones, que siempre se repiten. Así definió el cuento de hadas como el compuesto por estos siete protagonistas o personajes (actantes):
1.    Antagonista o agresor
2.    Donante
3.    Auxiliar (objeto mágico)
4.    Princesa
5.    Mandatario
6.    Héroe
7.    Falso héroe.

El cuento de hadas, es el que ha sido más cultivado y el que ha merecido más estudios por parte de psicólogos y de pedagogos.

A veces se ha visto en estos un perjuicio para los niños y se han sustituido por narraciones más morales o didácticas, aunque, así, se amputa una parte importante de la sensibilidad del niño. Hoy en día parece que estamos de acuerdo en los valores formativos que el cuento puede aportar en el desarrollo del niño. El componente maravilloso hace que estos relatos penetren en el subconsciente del niño y lo liberen de sus miedos y frustraciones. Por eso cada niño tiene su cuento favorito, que no se cansa de leer o de escuchar. Es el cuento que le permite calmar sus temores, aliviar sus angustias, encontrar nuevas salidas a las incógnitas que se plantea.

El niño, gracias a los cuentos de hadas, se orientará en el mundo e irá entendiendo mejor qué es lo que se espera de él porque esas historias hacen referencia a los problemas humanos universales -a los que más desasosiegan al niño- y estimulan al niño a tomar sus propias decisiones, a la vez que le permiten templar el ánimo y superar estadios edípicos, narcisistas o rivalidades fraternas. Los cuentos de hadas llevan un mensaje implícito que los niños captan muy bien: la vida trae complicaciones y adversidades; pero hay que enfrentarse a ellas, por muy injustas y dolorosas que sean, para superarlas y obtener la victoria.

Por ejemplo, la tesis de Bruno Betellheim parte de la base de que todos los cuentos de hadas reflejan la evolución física, psíquica, intelectual y social del niño; por ejemplo, el fracaso del egocentrismo, la soledad y falta de afecto, la satisfacción del deseo (casa de chocolate) y el triunfo sobre el peligro (la bruja) ,simbolizado en el cuento “Hansel y Gretel”; el complejo de Edipo (4) en “Blancanieves”; la pubertad en “Caperucita Roja”; la rivalidad entre hermanos en “La Cenicienta”; el temor sexual en “La Bella y la Bestia” y el incesto en “Piel de asno”, un tema tabú del que todos saben algo, pero del que pocos se atreven a hablar.

Hay otros elementos que suelen repetirse en estos cuentos: salida al bosque al mundo, encuentro con antagonistas y amigos, pruebas que hay que superar para merecer la victoria y alcanzar la meta soñada. Es el camino hacia la propia realización: son acciones que simbolizan lo hitos de una trayectoria vital. El niño comprende con símbolos que algún día habrá de enfrentarse solo a la realidad y de esta forma va adquiriendo seguridad.

Mediante la identificación con el héroe avanza en su camino y se convence de que quien lucha valientemente, por pequeño y débil que sea, finalmente triunfa. Conquista, de esta manera, su meta, simbolizada en la princesa y el reino y, en término reales, en el logro de una personalidad madura, armónica, integrada en el grupo social al que pertenece.

En la literatura contemporánea, muchos autores han usado la forma de los cuentos de hadas por diversas razones, tales como examinar la condición humana desde el marco sencillo que proporciona un cuento de este género. Algunos autores buscan recrear un tono fantástico en un discurso contemporáneo, mientras que otros escritores usan las características del cuento de hadas para relatar temas modernos.

Las estructuras sociales cambian, surgen entonces nuevos héroes y nuevos villanos, más acordes con el pensamiento del hombre de ciudad.



Cooper, J.C.: Cuentos de hadas. Alegorías de los mundos internos, Barcelona: Editorial Sirio, 1998, 189 pp.

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